Bogotá IV: Viajamos para comer...

El último post del viaje a Bogotá quise dedicarlo completamente a la gastronomía. Un viaje para mi no es sólo visitar lugares nuevos sino sumergirme en esa extensión infinita de sabores que te ofrecen. Me dedico a descubrir esos nuevos sabores o simplemente a reencontrarme con sabores perdidos en la memoria de mis raíces. La gastronomía colombiana es bastante variada, muy parecida a la gastronomía venezolana, para comenzar compartimos las arepas, asadas, fritas, dulzonas, rellenas... En la zona de Usaquén visitamos el restaurante Casa Vieja, tiene buenas opiniones en tripAdvisor; no está mal, pero el precio es bastante alto comparado con otros restaurantes. Comimos lengua en salsa, sobrebarriga (aún nos preguntamos que tipo de carne es), morcilla con arepa, y unas carimañolas que desaparecieron mágicamente. 
Al día siguiente luego de un largo recorrido por La Candelaria encontramos casualmente un asadero que se llama Capibara, fue un gustazo comer aquí, música llanera y carne asada, servicio impecable, platos abundantes y super bueno y precio inmejorable. Se encuentra cerquita del Museo Botero y vale la pena una parada en este lugar.
Por el mercado de Usaquén no pueden dejar de probar lo que no conozcan, finalmente probamos el elote asado, se llama también choclo o jojoto,  es una mazorca pero con granos un poco más grandes. No pueden dejar de probar las obleas con arequipe (dulce de leche), coco y mora, esto si ha sido un viaje a la infancia, no pude evitar comerme una cada vez que la veía. 
Ya cuando fuimos a Monserrate probamos la famosa bandeja paisa, un plato bomba con frijoles, arroz, huevo frito, carne molida, chorizo, chicharron, arepa, plátano frito, y aguacate, una bomba deliciosa ideal para recuperar energías. 
Con el frío de Bogotá un par de veces probamos un par de veces el ajíaco santafereño que es una deliciosa sopa de pollo con aguacate, en otra ocasión probé una sopa de patacones que es una ricura. 
No pudimos ir al restaurante de Andrés Carne de Res pero visitamos la Plaza de Andrés en el Centro comercial Santa Fe, es difícil elegir en este amplio recinto gastronómico, nada mal los jugos y las hamburguesas, pero la variedad es increíble. 
En la zona de Usaquén hay un lugar que se llama Zona Container, un espacio interesante, aunque fuimos un domingo en la noche algunos restaurantes estaban cerrados, pero me arriesgué a comer en un lugar que se llama Bimbi, cuando hice el pedido no sabía de que se trataba, "Chuzo desgranado mixto" practicamente es una montaña de comida (pollo y carne picado, queso, lechuga, papitas, maíz, cebolla, pimentón, salsas de varios tipo, digamos que es una especie de hamburguesa picada sin pan. 
Algo que no se puede evitar en general por toda Bogotá es pararse a tomar un tinto en alguna cafetería, los amantes del café seguramente disfrutaran cada café que se tomen. 
El Parque de la 93 es seguramente un buen lugar para dar un paseo y comer o simplemente merendar en uno de los tantos café que hay alrededor, es también un buen lugar para pasar un rato agradable con niños, o simplemente para tomar un descanso en la plaza. Cerca de allí hay un parque que se llama Parque del Chicó es también una buena alternativa para una merienda en el café-bus de dos pisos y pasar un rato agradable. 
En Bogotá el único problema será la dificultad de elegir, hay una gran variedad gastronómica y como dice Andrew Zimmern: "Si se ve bien... ¡pruébalo!"

Bogotá III: Zipaquirá y su hermosa Catedral de Sal

Zipaquirá es una parada obligada para quienes están al menos tres días en Bogotá. Es un pueblo a unos 30 minutos de la ciudad y es muy fácil llegar con el transporte público. Desde el portal norte del transmilenio tomar un bus intermunicipal hacia Zipaquirá, a cada momento salen buses muy cómodo a un precio económico, no vale la pena pagar un taxi. El recorrido es de 45 km, y del caos de la ciudad pasamos a largas extensiones verdes.
Zipaquirá es un lindo pueblo colonial que ha sabido desarrollar sus potencial turístico, su principal sitio de interés es la Catedral de Sal, que se encuentra al interno de la mina de sal. La antigua Catedral fue realizada en el 1950 y cerrada en el 1990 por falta de seguridad, se decide así construir una nueva Catedral que fue culminada en el 1995. Esta nueva Catedral posee todos los servicios y seguridad necesaria como centro turístico y religioso, para visitarla se desciende dentro de la mina y se va atravesando las estaciones del Viacrucis, cada estación es representada por pequeños altares tallados en las paredes y suelo de la mina. Al final se encuentra la cúpula tallada también en la parte superior de la mina y desde donde se puede ver la enorme cruz que se encuentra en el altar.
El recorrido se hace acompañado con un guía que va explicando cada detalle, una vez culminado el recorrido el regreso se hace sólo, es posible también ver un pequeño documental sobre la mina de sal, es opcional hacer el recorrido del minero (niños mayores de 6 años). Hay también un show de luces, y hay un área dedicada al comercio donde puedes comprar algunos souvenir, y una gran variedad de esmeraldas. El recorrido es bastante sencillo, si eres claustrofóbico no creo tengas ningún problema, la mina es bastante amplia y hay iluminación, igual personas con sillas de ruedas pueden acceder sin problema. Mayor información visitar la página web de la Catedral de Sal.
Fuera de la mina hay un museo dedicado a la mina, hay juegos y actividades para niños. 
Esta Catedral es considerada la maravilla principal de Colombia, pero esto pertenece a nuestro tiempo presente, en épocas pasada y hablamos del 1600 cuando se fundó Zipaquirá era la ciudad más importante de Colombia por su mina de Sal, la sal era un producto altamente cotizado e importante de la época. Aún hoy la mina sigue produciendo sal bajo otros métodos de explotación y nos regala además en su interior la hermosa Catedral de Sal, no dejes de visitarla, en el mundo existen sólo dos. La Catedral de Sal de Zipaquirá - Colombia, y la Catedral de sal de Wieliczka - Polonia. 

Bogotá segunda parte: Usaquén - Monserrate

Octubre y noviembre probablemente no son los mejores meses para organizar un viaje a Bogotá pero digamos que se puede tener suerte y disfrutar de días soleados, así que apenas vimos que sería un día afortunado decidimos preparar nuestro paseo a Usaquén, que es una de las zonas principales de Bogotá, los domingos es imperdible el mercado de las pulgas de Usaquén, las calles principales se cierran al tráfico y se llenan de pequeños stand, personas super amables y educadas ofrecen su bonita y variada artesanía, ideal para comprar recuerditos y regalos.  Recorre las vías principales hasta subir al parque donde continúan los pequeños puestos de artesanías, o de comida típica. Ve con paso calmado, sin apuros, disfruta del ambiente, de la música, detente a tomarte un tinto o comerte una oblea, y aprovecha si tienes regalitos pendientes que hacer y los compras allí, los precios son accesibles y hay una gran variedad de cosas que realmente valen la pena. Esta zona también es ideal durante la noche tiene una gran variedad de opciones gastronómica, bares, café.
 Una vez que pudimos constatar que definitivamente era un día afortunado nos fuimos al Cerro de Monserrate, símbolo de la ciudad y donde los colombianos que buscan un refugio natural en medio del caos del tráfico y de los millones de habitantes que a diario recorren la ciudad. Para subir hay dos opciones: sendero a pies, descartado por Anita, (no pueden subir caminando menores de 6 años); y en funicular. Habría una tercera opción que es el teleférico pero está en reparación. Para quienes lo deseen hay misas en el Santuario de Monserrate, deben sólo informarse de los horarios aquí.  Hay también dos restaurantes, almorzamos en Casa Santa Clara que tiene una hermosa vista a la ciudad, un poco concurrido pero es siempre agradable la vista que ofrece.
El Cerro de Monserrate está a 3.152 metros de altura, así que no es raro notar algún turista con mal de altura. Una vez arriba el paisaje es inigualable, es el mejor lugar para tener la mejor vista de la ciudad, siempre y cuando esté despejado. 
Es de particular interés los mitos que se tejen alrededor de este lugar, muchos dicen que es un volcán dormido que un día despertará y acabará con la ciudad, otras leyendas dicen también que los novios que visiten Monserrate nunca se casarán, abundan los testimonios de milagros de sanación atribuidos al Señor caído de Monserrate. En fin más allá de las leyendas y relatos es un lugar de visita obligada. Si estuviste en Bogotá y no subiste al Cerro de Monserrate perdiste el viaje!

Bogotá: primera parte

Hace algún tiempo cuando era más joven soñaba con tierras lejanas, otros continentes, ahora emigrante sueño con tierras que me recuerden mis raíces, mi amada Venezuela. Siempre estuve tan cerca de Colombia y sólo ahora tuve la oportunidad de descubrir Bogotá
Entre caos y lloviznas constantes la ciudad nos da la bienvenida, cerros orientales y un tejido de vías principales y calles tejen el hermoso paisaje urbano que es la ciudad de Bogotá. Así como es extensa la ciudad son extensas las opciones de recreación y esparcimiento.  Bogotá me recuerda mi amada Caracas, aunque mucho más grande claro, bueno la verdad es que yo siempre encuentro alguna semejanza con mi tierra, y pues con los hermanos colombianos no es difícil conseguir semejanzas y afinidades.
Estuvimos 5 días en la ciudad, realmente no fueron suficiente para visitar y conocer todos los lugares que quería, digamos que fue un abreboca para quedarnos con muchas ganas de volver. 
En Bogotá no es fácil moverse por el tráfico caótico, los taxis son una buena opción y el Transmilenio también puede considerarse una opción práctica y rápida para moverse, la verdad no considero una opción alquilar un auto para moverse en la Ciudad.
El primer día se nos fue con la entrada en el hotel y un pequeño paseo por Usaquén. Ya el segundo día nos fuimos al centro de la ciudad, zona la Candelaria, visitamos la Plaza Bolívar con El Capitolio o Congreso de la República, de estilo griego; la Catedral Primada y la Capilla del Sagrario, majestuosas construcciones de estilo neoclásico; el Edificio Liévano de estilo francés, sede de la Alcaldía; y el Palacio de Justicia, que es la edificación más reciente debido a diferentes hechos políticos que han destruido este edificio y marcado la historia del país. Al centro una estatua de Simón Bolívar. El encanto de esta plaza es este majestuoso marco arquitectónico. 
Visitamos también el Museo Histórico de la Policía Nacional atraídos por un policía que nos aseguró ver parte de las armas y objetos decomisados al narcotraficante más famoso del mundo, sólo que el sótano y el piso 4 del museo está deshabilitado por remodelación y es allí donde se encuentra parte de esa historia. 
De todas las opciones decidimos ir al Museo Botero, hermosa y atractiva colección de Botero y de otros artistas internacionales, obras donadas por el mismo, una colección invaluable. Un verdadero deleite artístico, este museo debe considerarse parada obligada en Bogotá. Abre todos los días excepto los martes. Entrada gratuita. 
Viajando con una niña hay que considerar alguna actividad para los más pequeños, y las posibilidades para niños también es extensa, entre todas, nos decidimos por el Planetario y la verdad fue una excelente opción. Los niños observan y participan en algunos experimentos, luego pasan a la sala principal donde hay varias actividades y explicaciones de algunos fenómenos del universo, luego en otra sala hacen la proyección de estrellas, muestran como reconocer las diferentes constelaciones. Es un espectáculo que realmente disfrutan los pequeños y también los adultos. Al salir un extraordinario Galileo Galilei llama la atención de los niños, con la magia del juego y la creatividad nos acerca al mágico mundo de la astronomía.  

Archipiélago de San Blas

Hay mares de mares, y San Blas. Este archipiélago formado por más de 350 pequeñas islas es territorio independiente de la Comarca Guna Yala. Arena blanca, mar turquesa, y verdes palmeras es el paraíso para muchos que se escapan de la ciudad para desconectarse del concreto, rascacielos, bocinas y caos de la ciudad.  Para disfrutar de este paraíso hay muchas agencias de viajes que ofrecen paquetes y servicios, la verdad la mejor opción es contactar directamente a un Guna, y organizar el viaje con ellos, hay varias islas que tienen diferentes opciones para dormir y de acuerdo a tus necesidades puedes decidir donde dormir. 
Acampar es una opción, la diferencia entre acampar y una pequeña cabaña es poca, así que es preferible invertir un poco más y estar más cómodo, te acordarás de esto si llueve. 
Nosotros nos quedamos en Isla Aguja / ICODUB, las cabañas son básicas y rudimentarias, camas y lencería limpia, para gustos y necesidades más exigentes tienen unas cabañas de madera muy bonitas y confortables. 
Fuimos con un todo incluido, la comida bastante buena, la isla tiene agua dulce en los baños y tienen luz eléctrica durante la noche gracias a paneles solares. 
El primer día hicimos varios tour que ofrecen, de Isla Aguja te llevan a Isla perro, a la piscina de estrellas donde los niños se divierten tocando las estrellitas, y a Isla Fragata. 
El segundo día nos quedamos en Isla Aguja disfrutando de la playa, snorkeling, y relax total... 
Hay paquetes pasadías que la verdad recomiendo sólo y unicamente sino tienes tiempo para quedarte, la verdad es necesario al menos una noche para poder disfrutar y relajarte, además que el viaje de la ciudad al puerto de Cartí es agotador y hacerlo ida y vuelta el mismo día no es lo máximo. 

 Las islas a las que fuimos están habitadas, son tan pequeñas que en menos de 5 minutos le das la vuelta, algunas islas si están completamente virgen y aún no reciben turistas. Los Gunas son hombres y mujeres reservados, las mujeres visten orgullosamente sus trajes coloridos son una comunidad muy unida y absolutamente todo en la Comarca es organizado y dirigido por ellos, espero que esto no cambie con los años y que se quede así, rudimentaria, esencial, sin hoteles y lujos porque es parte del encanto mismo de este lugar.

Nuestro guía fue Jhonny a quien recomiendo 100% y agradezco su atención y su esmero. Pueden contactarlo al número de teléfono (+507) 6089 0106.

Viajar con niños

Fez - 2010
Después del nacimiento de Anita, como era de esperarse, nuestra forma de viajar se fue transformando, pero no ha sido trágico como muchos lo han pintado. Claro no es igual que viajar solos o en pareja, o con amigos que quizás puedes adaptarte muy fácil a la incomodidad, a tener diferentes horarios, o buscar algo más romántico o salir en plan de farra.
Agrigento 2013
Realmente no hemos dejado de movernos, quizás hemos evitado grandes aventuras, aunque a los 5 meses hizo su primer viaje a Venezuela, y de allí no hemos parado, creo que los niños tienen una mayor adaptación debido a la curiosidad y ganas de explorar. 
Si tienes un bebé o un niño menor de 3 años, no dejes de viajar pensando en que "es muy pequeño y no entiende" "es muy difícil" "es muy incomodo". Los bebés dan menos trabajo a la hora de un viaje en avión, y durante el período de vacaciones, sólo necesitan simplemente tener sus necesidades cubierta (lactancia/leche/papillas, pañales limpios) Ya de edad de 1 a 4 años debes agregar algo para distraerlos: bloques de construcción, plastilina o masa moldeable, colores, un pequeño juguete (un regalo para el viaje es fantástico). Después de los 4 años son más exigente pero también más divertido, comienzan a entender muchas cosas, tienen una gran curiosidad, igual necesitan cosas para distraerse, pero ya pueden ver una película de su preferencia, o un break de video juegos. Antes y durante el viaje hazlo parte de la organización, una lista de cosas por hacer y ver. Comienza a explicarle lo que van a encontrar, buscar historias sobre los monumentos que visitarán.
New York 2015
Para un viaje reduce el equipaje, viaja cómodo, evita llevar todos los juguetes, mordedores, infinidad de ropa, zapatos, aunque los niños ensucian en los hoteles siempre tienen lavanderías. Si estás en fase de papillas, evita llevar calentadores, y accesorios para comer, los restaurantes pueden calentarte la papilla o hacerte alguna comida especial para niños, infórmate durante la organización del viaje lo que realmente no encontrarás en la ciudad a la que vas. Al momento de comprar un cochecito/ carrito de bebé, cerciorate que sea fácil de abrir y cerrar. Los canguros son comodísimos para los paseos, o para estar dentro del aeropuerto.
Al momento de viajar con niños trata de ir al ritmo de ellos, de colocar cosas en el itinerario que sean de su interés, quizás un zoológico, un museo para niños, o un museo de ciencias. Inventar historias, recrear aventuras en cada lugar nuevo, si vas a la playa inventa una historia de piratas, si vas a un monumento histórico inventa un cuento de gladiadores, de exploradores, recuerda que la imaginación en tierna edad es infinita. Cada quien conoce a sus niños y saben la capacidad de aguante, pero no subestimes su capacidad de adaptarse tu mismo te sorprenderás. Un viaje es la oportunidad de desconectarse de vídeos juegos, tablet, ds, play, wii, y cuanto aparato electrónico exista. Viajar es una oportunidad para descubrir y crecer junto a los pequeños de casa.

Roma, siempre Roma.

Volver a Roma es sin duda regresar a casa,  lo increíble de este regreso después de dos años de ausencia es encontrar la misma ciudad y la misma gente. El mismo barista que sirve el mejor cappuccino de la zona donde vivimos, la misma cajera en el supermercado, el mismo sr. de la frutería. Las mismas caras en los mismos lugares.
  De este corto regreso descubrí una nueva Villa Borghese a través del running, con un clima perfecto y la compañía perfecta. Esto del running es bastante nuevo y ver la ciudad desde este punto de vista es interesante, no hay detalles sólo sensaciones, imágenes que corren al sentido opuesto de mi propia dirección. 
Anita maravillada de su ciudad, del Panteón y su hueco en el techo: ¡Me imagino el desastre cuando llueve! Sorprendida del nasone, en cada rincón de la ciudad donde poder beber agua. Extasiada con cada monumento y detalle de la eterna Roma. 
Pasando por el centro imposible no tomar un café como se debe en el mejor bar  de la ciudad: Sant'Eustachio, es siempre una parada obligada cuando vamos al centro.

Definitivamente Roma es hasta ahora mi ciudad preferida, la ciudad que me adoptó hace unos años, la ciudad donde me casé, la ciudad donde nació mi hija. Creo que cuando te despides de ella por un tiempo, sólo al regreso te das cuenta de cuanto te hizo falta y cuanto forma parte de ti. 
Más allá del romanticismo, duele ver la decadencia de la ciudad, pero eso sería entrar en un tema político innecesario, esperemos que sea algo circunstancial y que pronto reciba un poco más de cariño y cuidado. Espero también volver pronto, aunque sea por pocos días siempre hace bien volver.

New York en 48 horas

  
No había otra opción, sólo 48 horas de escala... Y definitivamente valió la pena, claro quedas con ganas, y sin duda tendremos que volver, aunque creo que New York es una de esas ciudades a las que siempre quieres volver. Las condiciones no eran de las mejores, escala de 48 horas, dos maletas que dejamos en un depósito de equipajes en el aeropuerto, lo que fue una decisión super acertada.

  Llegamos muy temprano al hotel, dejamos la única maleta a mano y nos fuimos inmediatamente a la calle. Desayuno en un local que parecía entrar en el pasado, con gente super amable, debo habituarme a la extrema amabilidad gringa! 
Paseo por el barrio chino, desayuno en Cup&Saucer  y de ahí a la 5th Avenue! Por ser la primera vez en New York y con tan poco tiempo no podíamos saltar el Empire State Building, y así nos entregamos a las alturas. Seguramente es mejor subir al atardecer y ver como las luces emergen en la ciudad, pero la verdad no estuvo mal disfrutar a 360 grados la panorámica de la ciudad. 
Seguimos nuestro paseo y entre meriendas y café para mantenernos despiertos, camino al Rockefeller Center nos detuvimos en Public Library, donde Anita alucinaba ante tantos libros maravillosos.  llegamos al Rockefeller Center, justo al frente hay una tienda Lego donde no pudimos evitar la tentación de sucumbir a las coloradas piezas de construcción. 
Cuando finalmente pusimos pies dentro del Rockefeller Center me doy cuenta que no había actualizado la hora de mi reloj y ya teníamos unos 45 minutos de retrasos para La Estatua de la Libertad. 
Si, definitivamente una novatada de turista distraídos. En medio del cansancio, y el temor de perder las entradas decidimos irnos igualmente (recordé la excesiva gentileza de los gringos, seguramente comprenderían la situación, realmente deberían estar acostumbrados). Una hora después, ya casi dos horas de retraso, la mujer en la taquilla nos miró feo, pero nos hizo pasar, en realidad el horario es para tratar de mantener un equilibrio en las visitas. Finalmente estabamos ahí con Anita que hacía cientos de preguntas, sorprendida con la mujer Estatua de la Libertad, escuchando su radio guía. 
 Regresamos al hotel Wyndham Garden en Chinatown, super limpio y cómodo, cena en un pequeño rest. chino, y finalmente a descansar.

Día 2: Paseo por Little Italy, realmente Little Italy es cada vez más pequeña, pudieran cambiar el nombre a Miniature Italy, por un momento recordé Piazza Vittorio en Roma, Chinatown se expande por todos lados, sin embargo la Little Italy es bien italiana, los lugares muy auténticos, un buen cappuccino y un cornetto para iniciar la jornada! De ahí a Central Park.
 Lo que realmente me sorprendió de New York es que ya la conocía, sin nunca haber estado allí ya conocía buena parte de su encanto, definitivamente es como estar en un set cinematográfico. Almorzamos un clásico hot dog, y pasamos la tarde paseando entre vitrinas ya agotados y a la espera de un largo vuelo... La aventura apenas comenzaba...
 Respecto a la gentileza americana: a cada persona que le preguntábamos una indicación amablemente se detenía a respondernos, buscaban en sus smartphones indicaciones para darnos referencias exactas. A Anita le regalaron una donut en el primer lugar donde desayunamos, en el hotel cada vez que entrábamos y salíamos le daban una botella de agua. Tal gentileza me hizo reflexionar y prometí ser gentil con los próximos turistas olvidadizos y perdidos que me pregunten una dirección.


Anécdota: Anita 3 días después: Por qué yo tengo que hacer siempre lo que uds dicen? Porque no puedo hacer lo que yo quiera? Entonces qué es la libertad? Yo fui a la Estatua de la Libertad, ahí todos podían ser libres y hacer lo que querían. :-/ Anita tiene sólo 5 años.

Tanino wine bar: Un rincón francés en Panamá

 Ciudad de Panamá es relativamente una ciudad pequeña, y digo relativamente porque la oferta gastronómica es muy amplia. Y una gran sorpresa ha sido descubrir Tanino Wine Bar y conocer a Fabien Migny, un francés doc que le pone pasión a cada una de sus creaciones. 
El ambiente es super agradable y acogedor, el menú se encuentra en las paredes del local, el personal es amable. La comida es de otro nivel, realmente vale la pena sobre todo si quieres sorprender a alguien, disfrutar de algo realmente especial o descubrir un pedacito de gastronomía francesa a la vuelta de la esquina. 

Me tocó probar la hamburguesa francesa que escogió mi hija de 5 años, La carne cocida a la perfección, cebollas caramelizadas, rúcula  y una mantequilla de tartufo que le quedaba de mil maravillas, se me hace agua la boca de solo recordarla. 
Probamos también Pollo Sakay, quizás no muy francés pero estaba delicioso y unas croquetas de papás riquísimas. Faltaron las Ostras que se habían agotado, pero Fabien siempre está sorprendiéndonos desde su cocina. La elección de platos es variada, tienen pollo, pato, langostinos, ostras, foie gras, hamburguesa, carne, el menú cambia constantemente y hay una gran variedad de vinos, champagne, cerveza, etc.

Mi recomendación es que vayan y degusten la variedad de Tanino, el buen gusto y la excelencia en cada uno de sus platos. Tanino queda al final de via Porras, frente al super 99 y quizás si van en grupo lo mejor sea reservar, pueden visitar la página fb de Tanino.

¿Cuenta Panamá con una infraestructura turística?

Muchos gobiernos y expertos en materia creen que la infraestructura turística de un país se basa en hoteles 4 y 5 estrellas que ofrecer a los visitantes, dejan de un lado la sostenibilidad de un proyecto o los proyectos, dejan de un lado la planificación de la ciudad y de los lugares que meten en pequeñas brochures de oferta turísticas, y por supuesto dejan de lado la formación de los que estarán de frente al servicio directo con estos turistas que visitan el país llenos de expectativas, que en muchos casos no son cumplidas.
Quede claro que esta realidad no es una realidad ajena a otros países, probablemente el problema es que aún no estamos convencidos que podemos desarrollar una economía basada en turismo, eso si sustentable porque sino definitivamente durará poco, y en ese caso es mejor que la infraestructura turística se quede limitada a la oferta de grandes cadenas hoteleras (esperando que se queden en la ciudad y al margen de ésta) y no destruyan el ecosistema y las áreas verdes del país.
Esperemos no ver grandes hoteles en el Darien o en Bocas del Toro o en el Golfo de Chiriquí, pero ojalá se desarrollara una oferta turística amplia, que incluyera tours gastronómicos y culturales, se desarrollara un turismo rural (Posadas, bed&breakfast en fincas, etc), al alcance de todos y no a precios elevados que convierte algunos lugares exclusivos sin ofrecer nada, como por ejemplo San Blas, donde la oferta es limitada y el dinero que entra es sólo ganancia.
La infraestructura no puede limitarse sólo al hospedaje, debemos ampliarla en servicio, en buena señalización, en mejores carreteras, en promoción turística, revalorizando las tradiciones, involucrando a las personas locales a contar su historia, creando museos que preserven esa historia.

Ojalá creciera la formación académica en turismo en diferentes espacios académicos, que no se limite sólo a aprender un inglés básico sino que se extendiera a la sostenibilidad del territorio y al cuidado de este. Ojalá se vieran más campañas de sensibilización para el cuidado de las aguas, el reciclaje y la fauna. Y esta esperanza que crece cuando vemos proyectos tan bonitos como el Biomuseo, Orquidiarios y Mariposarios en la ciudad y fuera de esta. Y otros pequeños proyectos privados que están haciendo grandes esfuerzos para desarrollar un turismo sustentable que respete el entorno.
 
El viaje es parte de la curiosidad del hombre, siempre existirán curiosos, viajeros, turistas, caminantes, excursionistas, peregrinos. Viajar es una actividad inagotable, por eso un país que tenga una oferta turística amplia y sustentable podrá basar su economía en el desarrollo del turismo.

Cecilia Pescao

Cecilia Pescao tiene ya 50 años en los fogones. Su sazón es conocida en Ciudad de Panamá y por la calle 27 del Chorrillo se han deleitado no sólo panameños de la zona, sino también artistas, políticos, y turistas que van a parar en la acera de su casa, sentados en unas mesitas plegables a disfrutar de su rica comida afroantillana. 

La primera vez que fui me acompañó un amigo de la zona, porque ya muchas personas me habían comentado que ni se me ocurriera ir sola. La verdad no soy paranoica con la seguridad, así que la primera vez fui con mi amigo y constaté que no hay nada que temer, además cuenta con presencia policial,  y me encontré a gusto, ya no he dejado de ir sola con mi familia. La calle 27 de Chorrillo es una calle concurrida y animada con varios locales de comida, la gente va a comer, a beber, algunos locales tienen su música y lo que se vive en esa calle es una gran alegría y un ambiente caribeño. Siento que es uno de los lugares donde se encuentra la verdadera Panamá.
El menú es ideal para compartir pescado a lo macho: corvina frita acompañada de una generosa ración de camarones, almejas, pulpo y langosta, el contorno puede variar: ensalada de pepino, patacones, o arroz con coco. Igual puedes armar tu menú a tu gusto. Los sabores son increíble, un equilibrio entre curry, jengibre y especias donde ninguna predomina y resalta cada sabor. 

¿Cómo llegar? 
Calle 27 oeste. Es muy fácil si usas google maps o waze basta escribas: cecilia pescao y te da las indicaciones. Si eres turista irás en taxi ¡y seguramente sabe donde queda Cecilia Pescao! Espero se animen a ir y me cuenten su experiencia.

¿Qué comer en Panamá?

Aunque Ciudad de Panamá es pequeña, las opciones para comer abundan,  hay de todo, y para todos los gustos. Si eres turista lo recomendable es comer comida típica o lugareña. Realmente en pocos días como turista es difícil hacerse una idea de lo amplia e interesante que es la gastronomía panameña. Lo primero que viene a la mente es que la comida panameña tiene una gran influencia caribeña y americana por supuesto. (es evidente la huella de los gringos en todos los ámbitos, pero esto es reciente). No olvidemos que la primera influencia llega con los españoles, luego  influencia asiática en la comida local. La comunidad China en Panamá tiene más de 150 años y representan un 4% de la población quizás por eso no es extraño ver a un panameño comiendo Ham-Pao, Siu-Mai, o Si-Ha-Fan-Ko. La influencia afroantillana también se hace notar sobre todo en la comida típica de Colón, y pues no es extraño ver otros toques que cada día se están mezclando debido a la constante ola de migración que recibe Panamá. Abundan los restaurantes españoles, italianos, venezolanos, colombianos, etc.
El desayuno panameño es principalmente a base de comida salada y frita. Hojaldres/hojaldras, una especie de tortilla de harina frita, pollo frito, hígado encebollado, salchichas guisadas, tortillas de maíz fritas, ropa vieja (carne en tiras guisadas), frijoles, entre otras cosas. Lugares para comer este tipo de cosas abundan las fondas, Nikos Café, los comedores de supermercados como Riba Smith, el Rey, super 99, etc. También hay quienes los fines de semana se regalan un Dim Sum (desayuno chino) y se van al clásico Lung Fung o Golden Unicorn (los restaurantes chinos más famosos en Ciudad de Panamá). También hay lugares clásicos para un brunch dominguero, normalmente grandes hoteles y algunos restaurantes que ofrecen este bufet para desayunar.
Para un turista seguramente no debe dejar de comer en lugares emblemáticos de la ciudad, el mercado de Mariscos, para comerse un ceviche o un pescado frito, muchos restaurantes del Casco y de la ciudad también lo ofrecen como parte del menú, Panamá tiene el regalo de tener dos mares, así que lo que abunda es el pescado y los mariscos. También pueden disfrutar de un sancocho de gallina, arroz con pollo, lechona (cerdo), etc.
También puedes encantarte con el abanico gastronómico que ofrece la ciudad y todas las fusiones que encontramos a diario.

Ciudad Verde de Panamá

Si pudieramos cambiarle el nombre a esta ciudad una buena opción sería llamarla Ciudad verde de Panamá. En tan sólo pocos minutos sales del caos y te sumerges en la Jungla.

En Ciudad de Panamá dispones de muchas opciones a sólo 10-15 minutos del centro de la Ciudad llegas al Parque Metropolitano , un parque montañoso que te ofrece diversos senderos para caminar tranquilamente, observar aves, tucanes, monos. Senderos amplios y bien marcados, ideal para ir con niños, organizar un picnic y estar cerca de la naturaleza. NIvel: medio-Sencillo.

En pleno centro encuentras Cerro Ancón, la vía está cerrada para los automóviles así que en 15-20 minutos de caminata tranquila llegas a la cima del cerro y disfrutas de toda la ciudad, con suerte también ves algunas aves y tucanes, y con mucha suerte puede que encuentres un perezoso en las ramas de algún árbol. Nivel: Sencillo
 En cambio si te sientes más aventurero puedes ir al Parque Nacional Soberanía, cuenta con varios senderos como el Camino de Cruces (10 km), Camino del Oleoducto, es uno de los más conocidos y largos, son unos 17 km, el camino de Plantación (6.5 km), Espíritu del Bosque y Sendero Natural el Charco son los más cortos, adaptos para ir con niños.  Nivel: Avanzado-Intermedio.


Otra opción es el Parque Summit ir a conocer el águila harpía, ideal para un día de picnic, ver los animales y disfrutar en familia, lo ideal es ir durante la semana porque el fin de semana es la opción de mucha gente.Nivel: sencillo.

Lo único que necesita esta ciudad verde es una campaña más eficaz de concientización y valorización de estas hermosas áreas.



Me gustaría compartir la canción de Rubén Blades, Plantación adentro, lo que hoy es el Camino de Plantación, fue realmente  una plantación de cacao y plátano administrada por el gobierno americano, cada vez que damos un paseo por aquí no puedo dejar de pensar en Camilo Manrique. 


Golfo de Chiriquí

Feliz inicio de año (a mitad de enero aún puede desearse un feliz 2015). 
Ya pasó más de un año que estamos en Panamá, y por una razón o por otra abandono el blog y dejo de escribir. Como cada año, entre mis buenos propósitos espero ser más constante, realmente hay muchos lugares por presentar y descubrir. Panamá en un país que ofrece muchos lugares. Entre esos lugares quiero iniciar el año con el Golfo de Chiriquí, en el segundo año en el que nos escapamos unos días para una pausa relax y de verdad vale la pena. 
El Golfo de Chiriquí, se encuentra alejado de Panamá City a unos 400 km de la ciudad tomando la Interamericana, son un poco más de 5 horas debido a los trabajos que están realizando en la vía, sólo hay que tomar medidas de precaución y andar sin apuros. Otra opción es tomar un vuelo y llegar a David que se encuentra a una hora del Golfo. 

Naturalmente Panama
Nosotros llegamos a Las Lajas donde nos hospedamos en un bed and breakfast realmente único, es un lugar super natural donde puedes desconectarte de la ciudad y entrar en armonía con el ambiente, todo natural, Naturalmente Panama, atendido por una pareja italiana que son realmente únicos, super especiales y encantadores. Es un lugar pequeño así que es importante reservar con tiempo, tienen el restaurant donde ofrecen cenas, variedad de pizza y platos frescos que cambian cada día. Esperamos regresar y volver a Naturalmente Panama, porque uno se siente en casa, Anita se llena de amor y ya tiene amigos que la esperan. 
La playa de Las Lajas es super amplia, difícilmente te sentirás agobiado o te molestará tu vecino, es larga al menos 18 km, y bastante ancha, sólo hay que tener cuidado de la marea y de las gaviotas que no paran de revolotear. Es ideal para correr y montar bicicleta. La arena es super fina y completamente negra de origen volcánica,las olas según la marea pueden ser fuertes o no, como siempre hay que tener cuidado, me sorprendió que cada cierta distancia hay socorristas que vigilan a los bañista distraídos.
En el pueblo de Las Lajas, justo frente al parque hay una heladería que recomiendo a todo el que va a Las Lajas, porque tienen un helado de alto nivel, aunque no lo crean mejor que el de muchas heladerías en Italia. A parte de los gusto clásicos como chocolate o avellana, tienen helados de frutas locales orgánica que son exquisitos. 
Las Islas del golfo son un espectáculo, desde Boca Chica toman una lancha que los puede llevar a Isla Bolaños o a Isla Gámez. A nosotros nos gusta más ir de snorkeling así que siempre hemos ido a Isla Bolaños, la próxima vez iremos a Gámez para variar. Pero les aseguro que ambas son un paraíso, y me sorprende que no sea una destinación renombrada como Bocas del Toro o San Blas. (este es otro capítulo). Pero honestamente El Golfo de Chiriquí no tiene nada que envidiarle a otros lugares más conocidos.